jueves, 22 de noviembre de 2012

No volveremos a hacerlo

Cuando en el final de los ochenta estudiaba arquitectura técnica, teníamos en Madrid una clase de maderas con un tipo que sabía las virutas de serrín que había en cuarto kilo. Recuerdo -es una de las pocas cosas que se me quedó grabada- que nos decía que cuando en la obra alguien cogía un trozo de madera y lo olía intentando adivinar la calidad, la clase o vaya usted a saber que cualidad no tangible, podíamos tener una absoluta certeza: el tipo era un cretino y no sabía nada de maderas.
Al comenzar a trabajar, un par de años después, empecé a ver como en las obras, hay todo tipo de actitudes en los recorridos de los técnicos por las mismas. Algunos acarician los tabiques con mimo de enamorado, otros dan dos golpecitos suavemente en las puertas, los hay que, frunciendo los labios sobre el mentón en un semicírculo perfecto mueven la cabeza rítmicamente arriba y abajo como aquellos perretes de bandeja trasera de coche, aseverando la calidad o dudando de la misma. El gesto vale para todo. Y si, algunos huelen las cosas.
ShigeruBanTamedia1
Un día, un superior mio, vino a la obra y ante unas puertas de madera noble que estábamos instalando se agacho, cogió un trozo de cerco, me miro fijamente, lo olfateo con fruición y volvió a mirarme. Yo, que recordé aquellas enseñanzas sabias, hice de tripas corazón  me agaché, cogí un trozo de madera, lo olfatee cual sabueso y dije ¿no está mal, eh?. Mi jefe sonrió satisfecho y pasamos al siguiente asunto.
Viene al caso, por que acabo de ver la última escena de "Quemar después de leer", esa en la que un jefe de una agencia de inteligencia norteamericana le pregunta a un subordinado tras un enredo fenomenal, qué habían aprendido, y el otro, que en realidad no tenía ni idea, le contesta "..a no volver  a hacerlo,...supongo,...sea lo que sea que hayamos hecho".
Vivimos tiempos raros para los que trabajamos en construcción, y yo también me pregunto, ¿que habremos aprendido de todo esto?. Y claro, así, sin madera que oler, no se me ocurre nada.
Nota del arquitectador: Durante los últimos días he leído en más de un lugar que la solución a nuestros problemas de hoy está en sentar las bases para poder volver a construir. Si eso no se merece este post, no sé que más puede hacerlo.

martes, 20 de noviembre de 2012

El paseo


Lo primero que pensé cuando me propusieron hacer un artículo sobre la arquitectura de Villaverde es decir que no, no voy a engañaros.
Uno, mientras se mira el ombligo de arquitecto y aparta a un lado esas pelusillas elitistas tan incomodas, cree  que le van a llamar del Washington Post el día menos pensado para hablar de la reconversión de la zona cero de NY o quizá de una de esas revistas inmaculadas que hablan de proyectos hechos en Amsterdam o Japón por compañeros de nombres impronunciables.
Pero no. Yo - aquí es donde me presento - soy de Villaverde. De Villaverde de toda la vida. La mitad de esa vida me la he pasado en el Paseo de Alberto Palacios, aunque a mi, como seguramente a vosotros, me gusta llamarle El Paseo.

Comienzo del Paseo de Alberto Palacios en Villaverde Alto
El paseo, es donde ubico mi infancia y mi adolescencia. El paseo es donde mi madre va al mercado a comprar, donde está el banco que custodia sus ahorros (ay¡¡?), donde están esos otros bancos en los que me sentaba a charlar con mis amigos durante horas. El paseo donde transitamos una y otra vez en ese rito social de caminar arriba y abajo por los mismos sitios y viendo a la misma gente. Donde te saluda el panadero, el butanero y los fumetas se volvían conocidos. Cubierto de arboles que he visto crecer. Escenario de miradas furtivas a aquella chica. Lugar de desencuentros y de vida. Sin más.
Hablo con personas de otros barrios más modernos. Con sus amplias avenidas y esas medianas enormes con jardín y columpios. Y me cuentan las bondades de sus interminables espacios. Sus aceras inmensas en las que no te puedes tropezar con nadie, por que no hay nadie. Con anchas calzadas que da miedo cruzar, pues los coches tienen la oportunidad de lucir sus potentes  motores y pasarte por encima. Con calles que cuesta un mundo cruzar, más si eres, digamos un poco mayor.
Y creo que tenemos mucha, muchísima suerte. Y os invito a verlo y a entrar en el mundo de la arquitectura por la puerta grande.
Arquitectura es prácticamente todo lo que nos rodea y que el hombre ha construido. Lo hace, no solo por especular, por ganar dinero -vamos a limpiar un poco nuestra imagen- sino también por vivir mejor, por tener todo más accesible, más a mano, por fomentar las relaciones sociales con nuestros vecinos, la actividad económica de proximidad, las pequeñas tiendas del barrio, los servicios cercanos, la renovación del aire, la circulación cómoda para los vehículos, pero también segura para los peatones.
Y en eso os aseguro que El paseo, nuestro paseo, es un perfecto ejemplo de urbanismo bien ejecutado, de arquitectura social. De unión entre lo vividero y la actividad diaria, entre los arboles y el asfalto, entre el peatón y el transporte rodado.
Espero en próximos artículos poner el dedo en cuestiones arquitectónicas en las que uno no se fija habitualmente, pero que tienen cierta singularidad. También en Villaverde, claro que sí. Pero permitid que en este primer saludo os invite a disfrutar de esa joya a la que miramos sin ver. El Paseo.

viernes, 2 de noviembre de 2012

No me gusta el Guggenheim

Las cosas como son.
El día que le escuché a un profesor de proyectos decir que la arquitectura no se puede enseñar no perdí la fe en los humanos por que hacía tiempo que la extravié en algún lodazal anterior, pero si que sentí un profundo vacío y un inmenso desprecio por la falta de coherencia.
Por que hubiese sido coherente que ese profesor no se prestase a enseñar a otros algo que él no fue capaz de aprender y todos hubiésemos ganado con ello. Sin embargo la coherencia en arquitectura como en tantas otras cosas de la vida es difícil de mantener y más difícil aún de predicar sin meter la pata.
Y llegamos así a las pocas cosas que me enseñaron y de entre ellas las más básicas. Esa coherencia formal, esa relación con el entorno, con la ubicación, esa respuesta geometrica a unas necesidades de iluminación, orientación y sostenibilidad. Ese hito urbano que lo és sin ser una estatua inerme, con un fin en su diseño.
Y claro, me hablais del Guggeheim, y de Frank Gehry y del deconstuctivismo y de Zaha Hadid (ay) y es que me pongo malo, y tengo que decirlo claramente, NO ME GUSTA EL GUGGENHEIM.
Y no me gusta por varias razones, pero hay una sobre todas las cosas : El guggenheim no se puede copiar.

Bodega en Elciego y auditorio en Los Angeles. Frank Gehry

Me explico:
Si Frank, ese canadiense antes llamado Ephrain Goldberg (demasiado judío para Canada) se hubiese limitado a hacer el museo de Bilbao con esas placas de titanio y esos planos alternados y después hubiese hecho otra cosa en otro lugar, yo, creedme, le admiraría y le tendría en un pedestal.
Por que el edificio, es simplemente genial.
Pero no, Frank, se ha decidido a dejar un little Guggi allá donde le hagan un encargo, ya sea una sala de conciertos en los Angeles o una bodega en Elciego y eso, por mucho que aquel viejo profesor se empeñase en no enseñarme, se me quedó muy grabado. No todo vale para todos los sitios.
En arquitectura tampoco.
Nota del arquitectador: Soy consciente de que como arquitecto debo pleitesía a los colegas que triunfan por doquier, pero ¿que queréis? esta manía del "deconstructivismo" me tiene más que preocupado. Vale que no tengamos nada que construir, pero eso de deconstruir no me gusta ni con las tortillas ni con la arquitectura.

jueves, 18 de octubre de 2012

Imagenes

Hace unos días, un amigo publicaba una comparativa entre un cultivo biológico al microscopio y una fotografía aérea del urbanismo de Delhi.
A la izqda un cultivo biológico, a la derecha, un barrio de Delhi, en la India en vista aérea.
Este argumento, como tantos otros que buscan sin cesar los estudiantes de arquitectura para imaginar similitudes e hilos conductores que justifiquen sus soluciones es tan simple, tan rotundo, que roza la genialidad. Por eso se busca una y otra vez.
Hablaba en post anteriores de la buena arquitectura y en como se reconoce casi al instante cuando el que la presencia, se deja envolver por ella.
Os traigo hoy, un ejemplo más de lo que para mí es simplemente una genialidad, una de esas obras que suceden una vez cada muchos años y que elevan a su creador a lo que es sin duda Le corbusier, el Corbu para los amigos: único.
Fachada de la iglesia de Ronchamp. Le corbusier
Y viene todo ello por otra imagen de similitudes que todos tenemos en la retina y que el Corbu, supo ver y materializar como nadie. Algo que ya hacíamos desde tiempos inmemoriales en vertical y que él supo llevar la horizontal para colocar en fachada, la imagen de los patios que ya teníamos en cubiertas.
Arriba una imagen del urbanismo de una ciudad europea, abajo la fachada de Ronchamp vista desde el interior de la iglesia y sus huecos (patios horizontales) dejando pasar la luz.
Nota del arquitectador: Hasta el Corbu, tiene obras que no son geniales, no creáis que he caído en la mitomanía, pero oye a Niemeyer lo que es de Dios y al Corbu lo que es del Corbu. Y como lo que es genial no hay por que no utilizarlo a Tuñon y Mansilla lo que es suyo:
Fachada auditorio de Leon. Mansilla y Tuñon. Tuve la suerte de hacer una obra con ellos, cosa que el Corbu, no puede decir.

domingo, 14 de octubre de 2012

Minihistorias y construcción (I)

He tenido la suerte de conocer en las obras, personajes excepcionales en los últimos veinte años.
Siempre - mis allegados lo sufren con estoica paciencia- refiero como aquel ferralla-filósofo, de nombre Arcadio, con el que tenía largas conversaciones en busqueda del ungüento amarillo que arreglase el mundo y pertinaz desobediente a la hora de ponerse el casco, me decía mientras se lo ponía de mala gana al recordárselo yo:
-¿Cascos? ¿cascos?....armas, Miguel, armas y munición es lo que necesitamos.
El abuelo cebolleta, siempre supe que yo acabaría así.

En una ocasión, mi compañera Virginia, entró pálida en la caseta con un libro de un filósofo alemán que soltó sobre mi mesa como si quemase, diciéndome con irónia: "lo he encontrado en la obra". Finalmente, a ultima hora de la tarde, un muchacho joven, un escayolista entró en la caseta para ver si habíamos encontrado un libro.
-...mmm, no sé, voy a ver - le dije, mientras hurgaba distraídamente en las estanterías donde reposaban, planos, papeles desordenados y carpetas polvorientas- ¿de que autor?
-De Schopenhauer-me dijo.
Le miré fijamente, abrí el cajón de mi escritorio y le ofrecí el libro. El chico dio las gracias y se marchó y aún hoy, me pregunto que habrá sido de él.


En aquella misma obra, en la que yo actuaba como jefe de obra y a la que llegue a mitad del proceso como nuevo contratado en la empresa, pues mi antecesor se había despedido, los problemas con la arquitecta de la dirección facultativa habían sido frecuentes. El segundo día de visita y tras tratar algún que otro problemilla que venía de atrás y que conseguimos resolver, la arquitecta, le preguntó a mí jefe, delante mío, donde me habían encontrado:
-Por un anuncio en la farola* - me adelante.
Me miró, se echo a reír y no volvimos a tener problemas en toda la obra. No más de los normales, quiero decir.

Aquella obra dio para mucho. Una mañana, el encargado de los albañiles entró furibundo en la caseta agitando los brazos por que la ayudante de obra, mi secuaz, una muchacha de apenas veinte años, le había mandado a tomar por donde amargan los pepinos en mitad del patio, donde todo el mundo pudo oírla bien. Me costo media mañana calmar los ánimos  Ahora puede parecer mentira, pero hasta hace no mucho, el que una mujer entrase a una obra a dar ordenes era para muchos comulgar con hogazas de ocho kilos. Tanto más si era una veinteañera. En numerosas ocasiones me vino muy bien el carácter de la chica, que hoy, además de buena amiga, es una gran profesional de la construcción. Cierto que no debió decirlo así, pero también es verdad que gracias a que lo dijo un día, no necesito decirlo nunca más.

En otra ocasión, siendo yo ayudante de obra, el jefe de obra con el que trabajaba recibio a uno de los subcontratistas que venía -como siempre- a intentar subir sus precios pues afirmaba perder dinero. Mi jefe, un hombre grandote y bonachon como él solo, se levantó, miró por la ventana de la caseta y le pregunto al otro, un albaceteño rojizo y pachon:
-Oye, ese Mercedes de ahí, el que has dejado en mi plaza, pedazo de cabrón, es tuyo, verdad?
Y le echó de la caseta con cajas destempladas.

En esa obra, teníamos un administrativo borrachín al que nos habían enviado en castigo para que el jefe supremo no lo viese más (palabras textuales) y cuando había visita de la alta jerarquía teníamos que esconderlo y no dejar que se fuese al bar y volviese dando tumbos. Le habían ofrecido una terapia desintoxicadora en una clínica especializada pagada por la empresa. No quiso pues decía que allí le iban a cambiar la sangre.

(continuará.....)




*La farola es una publicación que suelen vender mendigos y gente necesitada en semáforos o a la puerta de los centros comerciales.

viernes, 12 de octubre de 2012

Políticamente intolerable. Socialmente útil

Los solares.
Esos vacíos urbanos, que durante meses o años se ocultan tras una valla o incluso se muestran impúdicamente al ciudadano, ofreciendo una imagen cada día mas deteriorada. Sin limpieza periódica, sin uso, sin aprovechamiento social, como un tumor en la ciudad.
Actuación  urbana en Zaragoza

Pertenezco a un barrio en el que los solares, han constituido una constante urbana. Poco o nada se ha hecho con ellos salvo cuando el beneficio económico estaba más que claro.
Leo en otros blogs de arquitectura y urbanismo, actuaciones que de alguna manera, intentan sacar del ostracismo, la suciedad y la falta de aprovechamiento social, partes del territorio, que como solares que son, forman parte ya de la trama de la ciudad y me llama especialmente la atención que en estos intentos de actuaciones se es especialmente respetuoso, no hay más que ver una de las premisas básicas para poder llevarlas a cabo:


"..Se gestionó con los propietarios los permisos de intervención en los solares, como una cesión gratuita para su uso público transitorio con un mínimo de 12 meses. Así, cualquier intervención que se realizase debía ser reversible...."

Lo cual, me parece muy bien. No vayamos a estas alturas a poner en duda el valor sacrosanto de la propiedad privada. Esto sería políticamente intolerable. 
Pero me pregunto: ¿No es también un valor la utilidad social de ese solar cuando no está vacío  ¿se puede permitir tener un solar sin una aplicación del mismo durante años? ¿es licito que surjan problemas urbanos como consecuencia de la falta de espacios públicos, jardines, parques, aparcamientos y existan partes del territorio incrustadas en la ciudad que no se utilicen durante años o décadas?
Cuando estuve en NY me impactó como se utilizaban solares de enorme valor económico en el centro de Manhattan para aparcamiento de coches. No es sin duda la mejor solución a largo plazo, pero desde luego, es mejor que un solar abandonado hasta que se construya un edificio, quizá veinte años después. 

Sirva como ejemplo mi ciudad. Getafe. Existe un problema gravísimo de aparcamiento en el centro, sin embargo existen solares en los que crecen a partes iguales suciedad y malas hierbas y que se podrían utilizar -por ejemplo- como aparcamientos de superficie, dando incluso una productividad económica y social al pueblo y al propietario del solar. 
¿No será mejor esto que tenerlo vacío  ¿No debería obligarse a darle a esos solares un uso social aunque fuese temporalmente hasta que el propietario decida darle el uso lucrativo previsto?


miércoles, 10 de octubre de 2012

La buena arquitectura

Hace unos días, un amigo me preguntaba sobre un edificio de Madrid, que según las crónicas y críticas arquitectónicas estaba dentro de ese capitulo de lo que uno no debe de perderse cuando visita la ciudad. Mi amigo, neófito en arquitectura, pero experto en ciudadanía, no entendía el por qué. Para él era un edificio bastante vulgar.
Coincide que el edificio en sí, fue objeto de un trabajo durante mi época universitaria, por lo que tenía bastante información acumulada en el disco duro que oculta mi cada vez más canoso pelo. Pero confieso que percibí que mis explicaciones sobre las bondades de la obra no daban fruto germinando en él ni un solo atisbo de admiración por el edificio. Y es que a mí tampoco me convencen.
Eso me devolvió  a una reflexión sobre la buena arquitectura, que bajo mi punto de vista es inevitablemente aquella que no precisa explicarse.
Recorrido interior del Museo Guggenheim de NY. Frank Llloyd Wright.


Para mí, hay un edificio, que cuando se ha visitado, no deja lugar a dudas de por que es bueno, y es el museo Guggenheim de NY, y lo es por que:

-Un museo es básicamente un recorrido interior. El edificio interiormente es una espiral ascendente  que permite recorrer el edificio por un itinerario inevitable desde el que en todo momento se ve el resto del recorrido y por ende del edificio. Genial.
-Su recorrido interior, tiene una proyección en la fachada que permite que el ciudadano que pasea intuya perfectamente como es el edificio por dentro.
-Desde el punto de vista de los materiales y la forma, el edificio es un contrapunto a sus vecinos más cercanos, lo que lo convierte en un hito urbano, hecho que debe de suceder en todo museo.

Y todo eso cuando se ve no precisa explicarse.

Nota del arquitectador: Queda claro que tuve que dar tantas explicaciones de las bondades del edificio sobre el que me preguntaba mi amigo, que la conclusión  por mucho que los críticos digan lo contrario, es solo una: No es buena arquitectura.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Cuestión de tiempo

Medir la arquitectura residencial en tiempo es una practica poco habitual, pero que personalmente creo que da un enfoque muy pragmático a lo que va a ser nuestra casa. Un criterio de proporcionalidad entre cantidad y calidad de espacio y tiempo que vamos a pasar en él.

Aquí, habrá quien piense que su cónyuge pasa demasiado tiempo en el baño, y que con estos criterios, su contrario/a, construiría un baño quitando espacio a la cocina y al dormitorio y se dejaría sus buenos denarios en mármoles, espejos y lozas que hiciesen de tan íntimos momentos, un placer de dioses.
Pues, no seré yo quien lo niegue, pero sin llegar a eso nos encontramos a menudo con casos en los que la visión directa de la medida tiempo ofrece un catalogo de incongruentes alegrías que nos permitimos en el diseño de nuestra vivienda y que a largo plazo genera espacios vacíos de vida y llenos de trastos o simplemente metros cuadrados sin uso definido, cuando en nuestros quehaceres mundanos precisamos de esos metros y no podemos disponer de ellos.
Me estoy refiriendo a dos elementos, que en las viviendas de 60-100 m2 que podemos habitar (en el mejor de los casos) son, a mi modo de ver, un lujo absurdo y un derroche de metros cuadrados  que no podemos permitirnos: el recibidor y la habitación de invitados.
Reconozco que si el primero me altera los biorritmos e incluso los algoritmos, cuando estoy buscando infructuosamente los metros para que el cliente pueda colocar una nevera como es debido, el segundo hace que me salten las alarmas, tics nerviosos en el párpado y una incontinencia verbal irrefrenable.
Un salon que diseñamos hace un par de años, despues de convencer a la clienta de que la habitación de invitados no llegaría a justificar el tiempo y la inversion en m2 utilizados. Un lujo. La clienta está feliz con su casa.

Y es que medido en tiempo, ese famoso dormitorio de invitados, es en el mejor de los casos utilizado un fin de semana cada dos años, lo que supone 2/730= 0.0027 = 0,27% del tiempo de uso, sin embargo, no es descabellado encontrar un dormitorio de 10m2 en una casa de 60 cuyo unico uso es ese, es decir 10/60= 16,67% del espacio utilizado en una habitación que no usamos.
Desde mi punto de vista, justificar el 16% del espacio requeriría un 16% del tiempo de uso y eso supone que tengais invitados 58 días al año, es decir, dos meses.
Y yo comprendo que queráis agasajar a vuestros invitados, pero es que una cama hinchable colocada en un salón que tuviese 10m2 más del que tiene vuestro hogar, es perfectamente asumible, me parece, cuando el uso va a ser tan limitado, y las ventajas de 10 m2 más de casa son, queridos míos, inenarrables.
Nota del arquitectador: Estamos en la semana de la arquitectura y no puedo dejar de recomendaros el programa de la misma. Disfrutad.


martes, 18 de septiembre de 2012

Proyectando cuando no hay proyectos

Detrás del silencio de las ultimas semanas no se esconde la abulia ni la falta de temas, sino un profundo sentimiento de lejanía entre este humilde arquitectador y la arquitectura. Y no es falta de atracción entre nosotros. Es que la muy...me ha salido casquivana y se ha ido con otros.
Y no es que yo la haya tratado mal. Al contrario, me empeño cada día en quererla bien, en tenerle llenita la nevera, que decía aquel, en idearla con cariño, con mimo, en crearla donde puedo. Pero no parece importarle.
Por el camino, y sabedor de que no podré olvidarla, me haré amante consentidor, y soportaré con resignado silencio que vaya de aqui para allá con unos y otros. Incluso con otras.
Y como todo amor, estúpido y desproporcionado, injustificado e irreal, este mío continuará. Y seguiré haciendo proyectos, aunque nadie los compre, aunque nadie viva en ellos, con la esperanza de que ella y yo coincidamos un día en que alguien pueda gozar de nuestro amor y llenar los espacios que creemos juntos.
Como una familia.
Nota del arquitectador: En estas semanas hemos ideado algunas modificaciones en la casa de un amigo, ideas etéreas que van tomando forma. Y que bonito es cuando a la gente le gusta mínimamente lo que propones.



jueves, 26 de julio de 2012

Cambiar? No gracias


Tu caminas por uno de los pasillos de esos grandes almacenes tan molones…, digamos "El Rasgón Soriano". Un suponer.
Y ves ese producto que estabas buscando. Coincide el color, el tamaño, el material. Vamos es exactamente lo que quieres. El precio es razonable. Al carro, como no puede  ser de otra manera. Reactivemos el país, te dices para justificarlo.
Vas a la caja y la cajera, coge el producto, lo mira, lo pone al trasluz, lo olisquea, te mira a los ojos y coloca en su rostro una media sonrisa irónica, vuelve a mirar la caja, la mueve a ver si suena el aleluya de Haendel…
-No ha pensado que sería mejor coger el producto de al lado. Cuesta un poco menos y es EXACTAMENTE IGUAL.
-No,no, yo quiero este, además, el otro no es exactamente igual ni de coña.
-Igualico, oiga, lo tiene mi cuñado y le ha dado un resultado fantástico.
-Pero que cuñado ni que niño muerto, cóbreme este, haga el favor.
-Nada, nada-dice la cajera, muy segura de sí misma- si me lo va a agradecer usted, ya verá. Usted pruébelo  que yo se lo garantizo.
-Pero qué coño me va a garantizar usted, que mañana lo mismo ni está aquí. Que me cobre o que venga el encargado - le dices.
Viene el encargado, que te alaba tanto el producto ofertado por la cajera, que mirando a tu pariente/a, que lleva convencida media hora, acabas por llevártelo con tal de salir de allí, con cara de lechón segoviano esperando a que te crujan las costillas con un plato.
Tu, tambien puedes ser constructor en España, no problem

Esto, que parece una broma, es absolutamente real, si hablamos de una obra de construcción. Os lo voy a explicar:
El arquitecto diseña. Intenta prescribir los materiales y las soluciones mejores, las que no den problemas en el futuro, las que cumplan con la misión para la que se les requiere a un precio que esté dentro de las perspectivas de la obra.
El promotor o dueño de la construcción lo acepta.
El constructor da un precio para hacer esa obra con esos materiales.
Empieza la obra.
Un día llega el constructor y le come la oreja al promotor. Esta estructura se puede hacer con la mitad de hierro. El arquitecto, que es bueno, no le digo que no, es que se ha curado en salud. Claro, así tampoco se me caen a mí las obras. Así también firmo yo. Y anda que lo hacen barato….claro como lo paga usted.
El promotor, acaba por convencer al arquitecto de que tiene que cambiarlo. El arquitecto revisa sus cálculos (nadie le paga ese recálculo) y ve que están bien. El constructor ha tomado unas hipótesis de cálculo diferentes y claro, le da un cálculo distinto. Entra en normativa, pero justito, justito. Los coeficientes de seguridad tiritan. Pero ahí están. No se le puede decir que este mal.
El promotor tiene poca pasta. Y la que tiene la quiere para él, no para enterrarla en hierros. Estructura cambiada.
La obra termina. Ya casi nada se parece al proyecto. Las ventanas de aluminio son de aluminio, si, pero de una calidad ínfima. Las puertas de madera tropical, son de madera de …..árbol, el gres porcelánico, es gres porquésbaratico…y así todo.
De todo lo que ha cambiado durante el transcurso de la obra, es responsable el arquitecto. Cualquier cosa que falle, será responsabilidad suya. Pero ha tenido que modificar sus criterios para mantener el cliente.
A partir de aquí, podría decir muchas cosas, sobre unos y otros. Pero solo quiero exponer, lo que sucede. La realidad. Que como en tantas otras cosas de la vida, está llena de problemas y matices.
Nota del arquitectador:  Esa estructura, dos años después presenta grietas. Son inexplicables, no obedecen a esfuerzos ni a cedimientos, no van a colapsar la estructura, ni producen deformaciones aparentes. Pero están ahí.
 Y así lo manifiesta el arquitecto. Delante de un juez.
Nota del arquitectador 2: Tengo que hacer un post, sobre el término "o similar". Si pudiese encontrar al que lo invento, dad por hecho que el próximo post lo escribiría desde una bonita celda de Alcalá-Meco escuchando una cinta TDK de 90'  con los grandes éxitos de Camela.




martes, 24 de julio de 2012

Robando al pobre

Hace algunas semanas que no actualizo el blog.
Esta abulia, tiene su origen en diversos motivos, pero os ahorraré todos menos uno: Vivo tras una profunda depresión arquitectadora.
Y lo hago por todo lo que podéis leer en la primera página de cualquier medio de comunicación, sumado a mi propia experiencia, que confirma e incluso empeora, lo que podáis leer.
Hoy además, leo que se ofertan empleos para arquitectos en Qatar, en los que es preciso aportar previamente 1800 lereles de vellón, para optar a trabajar.

La máxima probabilidad es que sea una estafa, lo que sitúa a los artífices de esta, mucho más allá del límite de la maldad humana: aprovecharte y robar a los que más lo necesitan, los desempleados.
La otra, minimamente probable, es que sea cierto y alguien tenga que pagar previamente para poder trabajar. Está no la voy a comentar, puesto que además de contener la misma maldad de la primera, adornaría al ofertante con la capacidad para, incluso, justificarlo.
Es tan deleznable, con arquitectos o cualquier otro profesional o trabajador desempleado, que todo lo que escribiría a partir de aquí, serían vómitos de odio y violentos exabruptos.
A partir de mañana, retomaré este blog, que motivos hay.
Prometo pensar que el futuro existe.



martes, 26 de junio de 2012

Arquitectura democrática? Quizá no

Democracia.
Si, como no.
Lo cual no quiere decir que todos podamos elegir todo.
Cada cuatro años elegimos a alguien que nos organice la vida sin tener que molestarnos más. Sin embargo, todos los días queremos influir en cada una de las decisiones que puedan llevarse a cabo arquitectónica y urbanísticamente en nuestra ciudad. Ah, y luego la selección. Queremos ser el seleccionador nacional, claro. Y el médico que recete a nuestro vecino. Y el abogado que aconseje a nuestro conocido.
Viene al caso por dos cuestiones:
1.- El caso general de que los concursos de arquitectura sean "votables", "elegibles"  por la ciudadanía, tal y como ya ha sucedido con determinados concursos fuera de nuestro pais.
2.-El caso particular del centro Botín en Santander, que ha levantado bastante revuelo en la ciudad y del que incluso se ha realizado un blog en el que, se narran las multiples debacles urbanísticas que se van a producir con su construcción, con tan mala fortuna que sus foto montajes hacen desear que se construya lo antes posible.


Tan mal elegidos están para sus propósitos que viendo las comparativas, se diría que los ha realizado el propio Renzo Piano, arquitecto del invento para promocionar su edificio.
Y es que si se construyera tal cual aparece, mejoraría y mucho la vista del frente marino de la ciudad, preservando las zonas de edificios verdaderamente protegibles, y adecuando una zona que hoy en día no sirve para el ciudadano, sino más bien es una zona residual en un lugar emblemático de la ciudad.

Nota del arquitectador: Solo es mi opinión, obviamente, pero es que quiza no podemos hacer de cada una de nuestras opiniones, cátedras de materias que no dominamos para constituirlas en movimientos ciudadanos, plataformas anti-algo y levantamientos iracundos. Claro que habría otras soluciones. Pero sinceramente, si hoy se construyera el Guggenheim, seguro estoy de que habría aún más plataformas que lo rechazarían de plano. Menos mal que ya está construido.

lunes, 18 de junio de 2012

Tras la crisis algo queda

Pensamos, pues humanos somos, que todo lo que sucedió antes que nosotros, hubiese sido mejor resuelto con nuestra presencia, con nuestros conocimientos y cometemos una y otra vez el pecado de la soberbia, adornado con más o menos mesura de una gran ignorancia.
Insisto: una y otra vez.
Viene al caso porque he pasado, como es frecuente, el fin de semana en Almagro, ciudad manchega que debe sus portadas emblemáticas y sus fachadas clásicas a la quiebra del estado y al eco que resonaba en las arcas de Carlos V, tras las guerras de Flandes y la imposibilidad de devolver sus créditos a los banqueros alemanes.
Aquellos que como única forma de recuperar sus préstamos, se asentaron en Almagro al recibir la concesión minera de Almadén.
Portadas de Almagro

A partir de ahí, en una situación tan similar a la actual que hace estremecer, tres quiebras del estado sucesivas a lo largo de 150 años y finalmente una quiebra de los prestamistas, resuelven el asunto con el cambio de negocio de los Fugger, los Wesel, los Xedler...reconvertidos en empresarios textiles, agrícolas...en fin, la ruina de un estado y la cesión de sus recursos a otros, que finalmente también resultan estrangulados económicamente y tras unos centenares de años, dando manotazos de ahogado, sucumben y desaparecen del lugar.
No he podido resistir la reflexión en estos momentos en los que pretendemos que de la noche a la mañana la situación que vivimos pueda resolverse, para recordar, que Zamora no se tomó en una hora, que la ciudad de Almagro, con sus maravillosas calles encaladas y sus escudos de piedra importados, con sus patios manchegos y sus claustros platerescos no fueron construidos ni abandonados de un día para otro.
Dibujo hecho en mis paseos por Almagro

Y sin embargo, tu que me lees, no sabías probablemente nada de esta historia que te cuento, pero conocías las fachadas almagreñas, sabías de sus clásicos paseos, de su gusto por las blondas y el teatro, de su plaza centenaria y de su siempre teatral ambiente, desde su corral de comedias hasta su festival clásico.
Y es que el día que esto se resuelva, quizá no estemos aquí. Pero alguien habrá, pues la vida permanece, y esos restos de arquitectura que ahora miramos con desdén pues son el recuerdo de una época de años locos, permanecerán de una forma u otra al modo de las fachadas clásicas de Almagro, que sin duda arruinaron a más de uno en su época, aquellos que a buen seguro deambularon por la plaza de Almagro, como yo tantas veces, rumiando sus problemas, sumando y restando maravedíes.
Y quizá, solo quizá, dentro de unos pocos cientos de años, alguien vuelva a escribir un post así, en vaya usted a saber que medio digital, para conmemorar está misma crisis y hablar de algún viejo edificio que hoy está recién hecho.
Nota del arquitectador: Lo sé, lo sé, pero estoy un tanto melancólico y la arquitectura y la crisis no siempre van a dar un post espectacular digno de un premio. Por otra parte, ver este fin de semana las tablas de Daimiel, pletóricas de agua, habiendo creido firmemente en su desaparición hace no mucho me hace pensar que por más que nos empeñemos, la belleza y la vida nos superará, lenta y pertinaz, haciendo que cualquier desgracia de hoy, pase a ser solo un estrato geológico del mañana. Maravilloso.
Nota del arquitectador (...y II): Quizá era el momento de recordar que algunas de nuestras más sonadas suspensiones de pagos estatales se las debemos a un monarca...alemán. Ahí queda eso, como si no nos bastásemos solitos para gastar a manos llenas.

martes, 5 de junio de 2012

Botijos y abanicos


Este año, he decidido no encender el aire acondicionado. No más de lo imprescindible. En mi caso basta con no subir a la buhardilla, donde tengo el despacho, y bajarme el portatil a la planta de abajo, refrescar la casa por las mañanas, mantener las persianas bajadas en las horas de calor y asumir que se puede trabajar a 22º si se bebe agua fresquita.


Esto me recuerda un post que ha escrito mi socio Jose Manuel Zaragoza, ahí queda eso:


"En la ingente cantidad de articulos que leo sobre sostenibilidad arquitectónica, alabando las bondades de esta o aquella estrategia bioclimática, o lo innovador de algún aislamiento, que si estrategias pasivas, etc, etc etc, no encuentro ninguno sobre como enseñar al personal a usar los espacios donde viven o trabajan, cosas tan sencillas como que tener una temperatura de 28ºC en invierno en una biblioteca es una barbaridad ( ¿donde han quedado esas rebecas y jerseys?), o que tener el aire acondicionado a 18ºC en verano es de locos.
Parece que hemos olvidado que somos mamiferos, y que podemos regular nuestra temperatura independientemente de nuestro entorno. Es decir que podemos pasar un poquito de frío y un poquito de calor sin que eso nos suponga mayor problema, no hay nada de malo en beber y sudar en verano, en las cosas más divertidas de la vida se suda.
Nos hemos creido que esos edificios de ambiente cerrado sin ventanas (glassbox) son lo mejor para nuestro confort, esos edifcios donde no entra ni sale nada, donde el pedo que se tiro Director General de la Compañía de turno, el día de la inauguración, entró en el circuito de climatización del edificio y sigue recirculando eternamente en el mismo, eso si filtrado una y otra vez en las unidades de tratamiento de aire.

Habría que hacerle recordar a la gente eso de abrir las ventanas en verano, cerrar las habitaciones que no se usan, poner las persianas y toldos para evitar el sol, ponerse un jersey dentro de casa en invierno, o refrescarse bebiendo en verano.
Sin duda, a medida que vaya subiendo el precio de la energía, que subirá y mucho, ya  tomaremos conciencia de ahorrar en la luz, y luego si nos sobra tiempo pensaremos en colocar ese cojoaislamiento remoderno hecho a partir de fuego valiryo en el próximo edificio a proyectar…."


Nota del arquitectador: Reivindico desde aquí el abanico, el botijo y si me apuráis la zarzaparrilla, hoy llamada Coca cola, (bueno, parecido), aunque por supuesto puedes ser tecnológicamente agresivo y utilizar ventiladores y una estrategia de apertura y cierre de ventanas, lo más de lo más oiga.

jueves, 31 de mayo de 2012

Plazos y plazas

Ayer, la unión europea reconoció que había que dar más tiempo a España para cumplir los objetivos de déficit.
Tuve la suerte de empezar mi vida laboral en este sector de la arquitectura-construcción en obras donde constructores y promotores venían de allende los Pirineos. Aprendí lo que pude de sus protocolarios sistemas de control y sobre todo de como sus principios absolutos, sus axiomas, se derretían ante nuestra anárquica organización, quedando en claro fuera de juego y recibiendo un gol en el contraataque siguiente.
Legiones de técnicos dibujaban detalles a escalas casi reales para aportar los datos a los que ejecutaban la obra, que con grácil desparpajo, lejos de leer los planos colocaban un trozo de ladrillo roto aquí y allá, bien fijado con mortero hecho a mano para conseguir algo muy parecido a aquellas formas que los técnicos-que no bajaban a la obra, pues pensaban que con dar ordenes, estas serían cumplidas- habían pergeñado previamente.
Inevitablemente, las programaciones de aquellos hombres tecnificados, que venían de otros mundos fallaban una y otra vez y la obra se demoraba sin solución.
Aquellos pobres europeos sudaban sangre española intentando explicar por que en este país del sur no conseguían hacer lo que si habían hecho en otras grandes obras en remotos países del tercer mundo.

De repente un día, cambiaba todo el equipo y nuevas huestes llegaban a dominar a este histórico relevo de la famosa y pertinaz aldea gala de Asterix, reconvertido en Pepe Gotera y Otilio. Todo inútil.

Un día en una reunión de alto nivel, ante el arquitecto de la obra, los promotores y otros técnicos de todo tipo, el director de la constructora, un francés educadísimo, un auténtico gentleman, viendo la jugada que le estaban haciendo entre todos, puso sus manos abiertas en la mesa y tras enarcar como pudo una ceja, espetó:

-"...señogues, si de vegdad van a hacegme haceg eso, sincegamente, yo...ME ENFADO".


Yo, que era el último mono de entre los muchos últimos monos que estábamos allí, supe que se la iban a liar. Un caballero en una taberna de rufianes, acostumbrados a peleas en callejones, solicitaba un duelo de honor al amanecer tras el campanario y con padrinos. Alguien lo atravesaría con una daga traidora antes del alba. Y así fue.
Todo acabó en los tribunales. Los caballeros de allende nuestras fronteras hubieron de retirarse a sus cuarteles generales y no volvieron a estas tierras.
¿No os habéis preguntado por que, siendo las grandes constructoras del mundo francesas, alemanas....en nuestro país no hay ni una sola que haya ejecutado una obra singular?
Y ahora, dicen que nos darán un año más.
Y quince. Solo es cuestión de tiempo.
Nota del arquitectador: _No penséis que miro la construcción española con desdén. Al contrario, ante las frecuentes eventualidades que se producen en una obra, un técnico español es - estoy convencido - más capaz de reaccionar que su homologo europeo. Ellos tienen mejores y más avanzados sistemas, y nosotros más y mejor hábito de improvisación y de toma de decisiones. Lo cual no quiere decir que no les mire con envidia en lo que nos superan.

martes, 29 de mayo de 2012

Trabajar mas para vivir mejor

No. El titulo no es una proclama neoliberal calvinista. Estad tranquilos.
A lo largo de la historia reciente, son muchos los arquitectos que han dedicado sus esfuerzos a la realización de proyectos de viviendas sociales, muchas veces prefabricadas para su uso en situaciones de emergencia o exclusión social.
Leyendo el articulo sobre la reconstrucción de la casa de los mejores días de Jean Prouvé, -que recomiendo leáis cuando terminéis este post, no me seáis dispersos-  me pregunto por qué, siendo tanto el esfuerzo dedicado por estos hombres a la búsqueda de esa casa de rápido montaje, barata, confortable, sostenible y duradera, es tan mínima su repercusión en la arquitectura real.
Esta no es la casa de marras, pero me encantan estos dibujos a mano, tienen tanto cariño en cada trazo...

Desde el principio, este tipo de proyectos, exige un trabajo ímprobo.
El diseñador debe pensar hasta el mínimo detalle para que su montaje no requiera de soluciones imprevistas a pie de obra.
El mecanizador debe trabajar con la precisión de una cadena de montaje y no con las habituales tolerancias a las que la albañilería tradicional nos tiene acostumbrados.
El promotor debe comprender que los plazos del proceso se invierten y es mayor el tiempo requerido para la elaboración del proyecto que para la ejecución de la obra.
Y el usuario debe hacer un esfuerzo por considerar su casa un entorno donde vivir y no un signo de su posición social, así como reestructurar su sistema de valores en cuanto a lo que la propiedad individual y el compartir se refieren.
En definitiva, todos y cada uno de los que participamos debemos cambiar nuestro punto de vista y nuestro listón de esfuerzo máximo para que un proyecto como este llegue a funcionar.
Luego de pensar todo esto, miro alrededor, hago mentalmente la orla de los personajes habituales de la construcción, -incluyéndome- y comprendo perfectamente por que esta arquitectura no ha tenido éxito. Por que está pensada para ciudadanos, no para individuos. Ciudadano en el sentido más francés de la palabra. Ay, 1789, que gran añada...

Nota del arquitectador: Jean Prouvé, no era arquitecto, sino constructor, ingeniero y herrero, además de diseñador de mobiliario, lo cual me encanta, por que representa esa rama de la arquitectura despojada de todo divismo, de todo ansia de crear arte, pero que lo crea sin pretenderlo.

martes, 22 de mayo de 2012

Tapajuntas, trasteros y trastoros

Me gustan los edificios que desde fuera indican lo que tienen por dentro.
Me gustan los edificios que no tapan las cosas.
Es característico en nuestras carreteras observar la figura del toro de Osborne, un clásico en nuestra geografía y todo un símbolo, que sin pretenderlo ha impregnado el perfil de nuestros viajes del carácter ibérico.
El toro, sencillo y perfilado es sustentado por una estructura triangulada, que podemos ver sin tapujos, sin ocultarla, sencilla y sólida, tan importante como el mismísimo toro. Sin complejos.

Tenemos -arquitectos y demás fauna de la construcción - la manía en algunas ocasiones de ocultar nuestras vergüenzas.
Oprobios convertidos en tubos, cables, estructuras, juntas...lamentos hechos de dos materiales que no sabemos como unir, como ocultar, como vestir tras un elemento que solo sirve para cubrirnos. El maldito tapajuntas. Ese que convierte la construcción en un permanente trastero donde guardar lo que no queremos ver. Que la maldición de Imhotep caiga sobre él, mil veces.
Como ejemplo de edificios que no tienen pudor yo pondría el Centro Pompidou, con su estructura triangulada y sus instalaciones vistas.
Si, si, ya lo sé. Tiene un aspecto industrial, es como verle las tripas, como vamos a vivir en sitios así...etc,etc.
Centro Pompidou, de Richard Rogers y Renzo Piano

Pero ojo, este edificio no es para vivir, es para colocar un hito urbano, reconocible y con uso expositivo, dentro y desde fuera. Es para el ciudadano, entre a él o lo observe a distancia.

A mi, lo que me gusta realmente es lo franco y sincero que es. Nada que ocultar. Mucho que servir.

Nota del arquitectador: En todo caso, y aunque es muy probable que no estés de acuerdo conmigo, también lo será que habrás estado en bares, restaurantes u otros museos, que tienen en sus techos, las instalaciones de climatización, electricidad, etc,.  debidamente organizadas y ofreciendo incluso un panorama limpio y claro, sin falso techo, sin tapujos. Al más puro estilo Pompidou.
Y, no me lo niegues, te ha gustado.

martes, 15 de mayo de 2012

Andamios, patíbulos y otras formas de suicidio

Salgo cabizbajo de la panadería, mientrás sigo oyendo detrás mio como ese pintor, palillo entre los dientes, echa pestes de aquellos que decidieron que en las obras se ha de llevar casco y los condena al fuego eterno, convertido en andamio veraniego, soleado y perpetuo, casco incluido.
En los últimos veinte años, trabajando en las obras he presenciado un importantisimo avance en la toma de medidas para evitar accidentes laborales..
Afortunadamente.
Sé, que nuestro sector, es en el que mayor numero de accidentes suceden, y no es menos cierto que es en el que hay una mayor atomización del sector en millones de empresas y una menor cualificación de empresarios y trabajadores.
En las grandes y medianas empresas se ha avanzado hasta niveles razonables de prevención, aunque siempre hay que insistir y mejorar en este asunto.
Pero, (ay) en las pequeñas obras, en esas que la comunidad de propietarios realiza con esa pequeña empresa, con ese autónomo que aporta sus propios medios auxiliares, sin un técnico que realice las labores propias de coordinación y control...pasan cosas como esta :
Barroca e imaginativa construcción de una plataforma de suicidio
Y otras mucho peores. Creen estos alegres operarios o su jefe si es que lo tienen, o ambos, que ganan tiempo o quizá dinero organizando semejante torre de babel para alcanzar el tajo. Lamentablemente no tengo cuerpo de hacer bromas con esto.

Y ninguno de ellos parece estar convencido de que los que se rompen la crisma no son iniciales en un titular. Son personas. Pueden ser ellos.
Nota del arquitectador: Desgraciadamente, esto puede verse cada día. Podría decir que las condiciones del trabajo actuales son las que provocan estas situaciones. Pero os diré la verdad. Esta foto la hice yo mismo (tuve que parar mi coche) en el año 2001. En pleno auge de la construcción.
En nuestro sector si algo hace falta es la concienciación de todos.

domingo, 13 de mayo de 2012

15M y arquitectura

Está en el lenguaje del arquitecto el decir a todas horas que trabajamos para crear un mundo mejor. Que desarrollamos nuestra labor para ayudar a las personas a vivir en entornos mejorados y enfocados a la sostenibilidad, la eficiencia...bla,bla,bla,bla....
Escuché en una conferencia a Rafael de la Hoz decir que los arquitectos debemos aprender, que no podemos cambiar el mundo por el hecho de serlo, que debemos realizar nuestro trabajo de la manera más profesional posible, sin pensar en que nuestra obra ostenta la responsabilidad de sostener el futuro. Casi me levanto, subo al estrado y le beso en la frente.
Alberto Araico de Brito, estudiante de ciencias ambientales y diseñador del barracon del 15M de Sol en 2011

En la histórica acampada del 15M en la puerta del sol, una edificación sirvió para la centralización de la información a la gente que lo requería. Su forma de bóveda de medio punto, sus materiales: viejos palets reciclados, y la agilidad y protocolo con que era montado y desmontado, hacia pensar que algunos de estos indignados, con sus conocimientos de arquitectura habían realizado una pieza digna de mencionarse en revistas especializadas y ser objeto de estudio y análisis.
Pero he aquí que los hados volvieron a hacer de las suyas e iluminaron a un estudiante de Ciencias Ambientales, (¡¡anatema, anatema¡¡¡) que fue el que lo diseñó.
Viene todo esto para decir, que afortunadamente, los que allí estaban, eran, estudiantes de todas las ciencias reconocidas, trabajadores de todos los sectores industriales, comerciales, administrativos y que en aquella marea humana podíamos encontrar la fuerza colectiva de la unión de todos y perdía valor la presunción de conocimiento por el hecho de ser, tal o cual cosa.
En resumen: allí, no había arquitectos, empresarios, autónomos, parados, economistas, panaderos, zapateros (uy, perdón), allí, simplemente se arremolinaron en torno a su indignación, muchos CIUDADANOS.
Nota del arquitectador: Como siempre que es verdaderamente necesario, el ser humano, se asocia y colabora para el bien procomún. Está en nuestro código genético. Me gusta mirar estas piezas surgidas del trabajo conjunto y terminadas unos segundos antes de que el gen de la individualidad se apodere de nosotros. Sabemos que el escorpión pica a la rana a mitad de camino cuando vadean el río, pero....que precioso navegar tenían hasta ese momento.

viernes, 11 de mayo de 2012

Autocrítica

Claro, a la vista del titulo, estás esperando que me ponga a caer de un burro a mí mismo. Amigo, aún no has entendido nada.
Iba a escribir sobre las bondades y maldades de un hombre que puede ser considerado de muchas maneras según quien te hable de él.
Arquitecto, ingeniero, premio nacional de arquitectura, premio príncipe de Asturias, veinte veces doctor honoris causa...
Si te hablan los arquitectos, te hablarán mal de él. Ha copado los encargos profesionales y ha ganado concursos con una arquitectura muy "ingenieril"  -la que me va a caer ahora - que los ha eclipsado.
Si te hablan los ingenieros, lo mismo, pero a la inversa.
Si te hablan los políticos te diran que los ha metido en más de un lío con sus diseños.
Si te hablan los usuarios te dirán que sus edificios no funcionan.
Si te habla la gente de la calle, ya ni siquiera importa su arquitectura, solo sus honorarios.
Y si te habla él mismo, ¿lo arreglará o lo rematará?
Lo tengo que dejar a tu criterio.
A veces uno se dispone a dar la magistral y.....



Nota del arquitectador: Tengo que reconocer que buscando el video vi este en plan Muchachada Nui y os diré que el de verdad y el de broma, estan tan, tan, tan cercanos...que es casi una burla de sí mismo.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Moneo, cuando todo es verdad

De muchos arquitectos, tras estudiar sus obras, tras leer libros sobre ellos, tras visitar sus edificios, aún tengo que pensar y meditar sobre por que están considerados buenos o dignos de mención. De bastantes de ellos, no lo llego a comprender. No, no es una crítica a su trabajo, debe ser un demérito mío, que después de todo, estoy hecho de barro, en un descanso para la publicidad de una creación que no duró ni una semana.

De Rafael Moneo, nunca necesité leer para comprender su genialidad.
Os lo voy a resumir. Un problema, un proyecto, suele tener múltiples soluciones, a veces infinitas y todas válidas. Pero de todas ellas, solo una es la mejor.
El día que entré en el museo romano de Mérida, pensé, este tío ha encontrado LA MEJOR. Este edificio, solo puede ser museo romano y un museo romano, donde mejor puede encontrarse es aquí dentro. Así de sencillo. Y así de difícil de conseguir.
Museo Romano de Mérida. ¿Hay algun sitio mejor para un museo romano?


Como todos, Moneo tiene sus luces y sus sombras, sus obras mejores y peores, pero algunas de ellas, son -para este humilde pegotillo de barro- simplemente magníficas.
Por eso, hoy, que le han concedido el Príncipe de Asturias de las Artes, felicito a este hombre, que tranquilamente, ha creado obras, que como mi profesor de saxo dice de Dexter Gordon "....es que es todo verdad".


Nota del arquitectador : Las alusiones al barro no son gratuitas. Moneo, en un mundo de volúmenes rotundos de hormigón, paredes transparentes, muros cortina, lineas que desafían la gravedad, ha trabajado con el ladrillo, con el barro, como muy pocos han sabido hacerlo, reinterpretando la solución una y otra vez y adaptándola a nuestra época. El museo romano de Mérida o la remodelación de la estación de Atocha, son algunos ejemplos, que todos conocemos, échales un vistazo crítico la próxima vez que los veas. Soluciones actuales con una técnica que ya conocían en Mesopotamia.



martes, 8 de mayo de 2012

CUANDO LOS CLIENTES DABAN TRABAJO...A TODAS HORAS

Hay que morir para que saquen tus mejores historias a la luz.
Los arquitectos de hoy en día, son (somos, ¿lo somos?) tipos grises, serios, sosos, con la vida social de una ameba y sin morbo digno de mención.
Pero no creáis que fue siempre así, queridos.
Mies Van der Rohe - del que ya hablaremos, ya, que él solo merecería un blog- consiguió a fuerza de labia y con sus diseños, convencer a una clienta de que le encargase su segunda casa y de que un poco de contacto físico no les vendría mal a ninguno de los dos. Si, es cierto que acabaron en los juzgados por aquello de que la obra se fue unos dolares más allá de lo previsible, pero querida -imagino yo que diría el bueno de Mies- ¿quien dijo que esto te iba a salir gratis?
Plataforma de acceso a la casa Farnworth. Mies Van der Rohe.

En favor de Mies, que me cae mejor según van pasando los años, hemos de decir que la casa Farnsworth, es uno de los mejores ejemplos de innovación en el diseño y no es que lo diga yo, pobre tipo gris, soso, etc, etc, sino que incluso ha llegado a "clonarse" recientemente y una familia de Maello en Ávila vive en una reproducción bastante aproximada de la misma.
Si la original en Illinois instalada a la orilla de un río, ha sufrido un par de inundaciones severas, a pesar de estar hábilmente elevada un metro sobre el suelo, parece que en Maello, que tienen menos problemas de humedad la casa funciona mejor.
Pero lo que más llama la atención a los visitantes es como su fachada completamente acristalada, permite la vista desde el interior y del interior. Toda una experiencia.
Hay quien dice que la doctora Edith Farnsworth no compartía la afición "exhibicionista" de su arquitecto favorito, pero os aseguro que no puedo dejar de pensar en la celebración final de la obra entre estos dos personajes, sobre una mesa llena de planos, en un rojo atardecer como solo el cielo de Illinois sabe pintar.....ay, esto lo clavarían el Bardem y la Scarlett.

Nota del arquitectador: Esta obra, goza de una serie de bondades, que a mi, como a la malhumorada Edith, me enamoraron. Por un lado esa elevación y la escalera de acceso. Simplemente elegante. Por otro lado la ausencia de cortes visuales (tabiques) reducidos al mínimo. Y por supuesto, colocada adecuadamente en una parcela exenta donde no haya curiosos demasiado cercanos, esas cenas al caer el sol, ¿te lo imaginas......doctora?

lunes, 7 de mayo de 2012

HAGAN JUEGO...O NO.

Me he levantado pensando en Eurovegas y en escribir aquí sobre ello, pero os seré sincero. Soy un cobarde, no quiero mojarme ni un pelo en esto.
Ya hay mucho escrito y más que se escribirá, además este es un blog de arquitectura, no un blog político ni social y a la vista de que no conocemos el proyecto que se podría desarrollar, estaba dándole vueltas al complejo del Hotel Marina Bay Sands en Singapur, antecedente construido del amigo Sheldon Adelson.
Quiza la mayor particularidad arquitectónica del engendr....edificio es esa plataforma que genera un parque en sus cubiertas con una piscina de borde invisible.
Parece que para absorber posibles asientos diferenciales del terreno que afectasen a la futura horizontalidad de dicho borde (si el borde deja de ser horizontal, deja de ser invisible y el retorno del agua no funciona correctamente) se han dispuesto 500 gatos hidráulicos para corregir probables diferencias futuras en el apoyo del edificio. Simplemente impresionante, he de decirlo. Sobre todo si funciona.
Esta criatura nada en una piscina de 150 metros de largo (3 piscinas olimpicas) y a 200 metros de altura sobre el suelo 

Durante varios años trabaje con un arquitecto técnico que había participado en la construcción de Torre Picaso y Torres Kio en Madrid. Un excelente profesional que me contaba como al ir construyendo las torres kio, había que prever la deformación que iban a tomar las torres según iban creciendo hacia el lado en el que se inclinan, para ir corrigiéndola después con cables de postensado. Recuerdo como me contaba  que trás volverse locos durante día y noche por que los huecos de los ascensores no eran perfectamente verticales, se presentaron ante su superior para pedirle la cuenta, pensando que lo habían hecho mal y la habían cagado con todo el equipo y como este los mando de nuevo a la obra casi a patadas a revisar los números de postensado para corregir el entuerto, que como era de prever, no era tal, sino el comportamiento lógico del invento hasta que estuviese totalmente terminado.
No busquéis paralelismos entre las correcciones técnicas y las posibles reformas de leyes, no hay metáforas entre aquel jefazo que los mando a voces a currar a la obra y las condiciones de trabajo futuras en eurovegas, no hay alusiones en los cedimientos naturales y lógicos del terreno y el posible hundimiento de un proyecto económico que aún ni existe.
Os juro por Akhenaton que no las hay.
Que no, maldita sea.

Nota del arquitectador: Para los curiosos os dejo un enlace a un blog que describe las habitaciones del hotel y tambien este espectacular video sobre la construcción del hotel. Apasionante.


jueves, 3 de mayo de 2012

QUIEN PAGA ESTO

Lo tienes decidido. Llevas tanto tiempo ahorrando para ello y ahora por fín lo vas a hacer, vas a construir tu casa en esa parcela tan aparente.
Lo tienes todo pensado. Vas a llamar al hijo de tu amigo Luis, ese chico tan majo que estudio arquitectura. Despues de todo, tu ya sabes como va a ser tu casa. Con esa cubierta inclinada de pizarra tan chula y esas dos columnas dóricas, bueno romanas, para que nos entendamos, en la entrada.
Y esa cocina grande. Y ese salon, con ese ventanal tan enorme, lleno de palitos en las ventanas haciendo cuadraditos.
Ah, y tu mujer se relame de gusto cuando piensa en la palabra mágica. El vestidor. Arrghfff....
Y llega ese mocoso, con esa niñata que se ha buscado por socia, la también arquitecta perroflauta que lleva al lado, tan mal arreglada y se empeñan en que no procede hacer una cubierta inclinada en la mitad de la provincia de Jaen. Que no nieva y llueve poco dicen. Que traer pizarra aqui vale un pico. Coño, si es que tu quieres pizarra, pero ¿quien paga esto?
Casi se caen de culo cuando les has mentado las columnas. Al chico le ha saltado un tic en el parpado y se ha pasado el resto de la reunión suspirando y frotándose los ojos. Anacrónico dicen que es.
¿El salon y la cocina en el mismo espacio? pero me va a oler el sofá a fritanga, ha espetado tu mujer -ya sin poder contenerse- y has tenido que sujetarla cuando querían que el vestidor fuesen unas perchas colgadas en mitad de la habitación, sin puertas, sin espejos....
Y entonces te enseñan su propuesta, materiales novedosos, formas rotundas, prismas que entran y salen unos de otros. Un modulo aparte para los dormitorios. Alabastro, hormigón y madera....y en tu cabeza cristal, ladrillo y aluminio.
Crees que esto no está pasando. Que nunca ha pasado. Te equivocas.
Sin duda habrás oído hablar de la casa de la cascada de Frank Lloyd Wright, te recomiendo que leas sobre ella pues a pesar de lo que puedas pensar trás leerlo, es una maravilla de la arquitectura y se estudia y se seguirá estudiando por su diseño espacial, sin embargo, fue una catástrofe desde el punto de vista de la relación arquitecto-cliente y también en su funcionamiento mismo.
No me posiciono ni por el arquitecto pertinaz en su idea ni por el cliente vehemente en su deseo. Ambos tienen sus razones, sin embargo no creo que ningún dependiente nos llene el carro con la comida que a él le gusta ni con la ropa que él llevaría. Esto es algo que los arquitectos debemos aprender. Aconsejar si, imponer jamás.



miércoles, 2 de mayo de 2012

ANUNCIOS Y ARQUITECTOS

Uno ve los anuncios y no da crédito.
A mi, los que me impactan sobremanera hasta que mis allegados me piden calma y que deje de echar exabruptos y espumarajos, son aquellos en los que un impoluto o impoluta profesional de la construcción, con su casco reluciente a modo de soldado imperial mira un plano, perfectamente salido de su cartera de piel y ante la mirada sonriente del operario (también impoluto) indica (que no ordena) amablemente aquello que debe ser hecho sin demora.

El operario, que por alguna extraña razón, lleva un peto y una camisa de cuadros, indumentaria que jamas se ha visto en una obra, asiente y agradece al mismo tiempo esa genial idea con la que esta tan de acuerdo. A veces, incluso enarca las cejas y parece decir ¿como no se nos habrá ocurrido antes?
En estos momentos, generalmente, la bilis me sube e inunda el cristalino de mis ojos. Es el peor momento para te pongas a mi alcance. Mi familia, establece un perímetro de seguridad y clausura prudentemente todo acceso hasta mi persona.
Y es que la imagen que de la arquitectura y la construcción trasciende está a años luz de la realidad.
Especialmente en ese casco blanco e impoluto.
No, my friend, en la obra todo sucede tras una capa de polvo y el trabajo en equipo, en general parece ser una lucha entre aquello que uno pretende y lo que pretenden los demás, que por definición suele ser opuesto.
Del peto ni hablamos.
El casco. Ese casco blanco, virginal, suele estar mil veces mancillado por golpes, arañazos, grafitis y años de dar tumbos por las obras y en mi caso, en el maletero del coche, entre las botas de goma, llenas de barro seco y algunas muestras de materiales que llevan tanto tiempo allí, que sospecho que me las dieron en el concesionario.
Los planos. Es materialmente imposible mantener un plano seco (en cuanto lo abres, llueve) sin ensuciar y sin arrugar.
La ropa. En este trabajo sería mejor ir desnudo. Si te arreglas de más, das mala imagen, distante y casi prepotente y por supuesto esa americana tan chula que te has mercado en el máximodutideturno, se mancha de algo que no sale. Jamas sale. Y si no te arreglas, peor, quedas como un perro-flauta. Ah, y también te manchas, de eso no te libra nadie.
Y todo junto hace que cuando veo ese anuncio de seguros con ese modelo vestido de Kent arquitecto, Kent operario y esa Barbie promotora me salten los puntos de aquella operación de hernia de hiato y me vuelva un sociopata.

viernes, 27 de abril de 2012

LOS BROTES VERDES NO TIENEN COLOR

No busquéis los brotes verdes. No han nacido todavía.
No, este blog no se ha reconvertido en político, no tengo alma de tertuliano, no vengo hoy a vaticinar grandes catástrofes ni a decir que esto ya lo veía yo venir desde hace tiempo.
Es solo que hay cosas que no tienen otro camino.
En nuestro país, la economía, se basa en la construcción y en el turismo. Y no por que seamos unos especuladores patológicos ni por que tengamos almas serviles cuando vemos un rubicundo europeo. Ni mucho menos.
Es por que no tenemos otra cosa.
Cualquier sector económico en el que penseis, supone porcentajes del PIB ridículos, salvo el del turismo y el de la construcción. No hay minería, no hay industria, no hay agricultura extensiva, salvo pequeñas zonas muy localizadas.
Y la construcción esta muerta.
El proceso de realizar un edificio nace aproximadamente dos años antes de que el primer operario entre en la parcela.
En este tiempo, se hacen estudios económicos, geotécnicos, de viabilidad, de edificabilidad...y por supuesto un proyecto arquitectónico que luego se llevará a cabo.
Y os puedo asegurar que en los estudios de arquitectura no entra un solo cliente.
Eso quiere decir que al menos durante los dos próximos años, esos operarios, el grueso del paro actualmente, no va a tener ninguna obra que realizar.
Me puedo equivocar, lo deseo incluso. Pero es lo que pienso.
Y mañana si, mañana hablaremos de arquitectura. Pase lo que pase.

miércoles, 25 de abril de 2012

EL BIGOTE DE LA GAMBA

-¿Lo estás viendo?
-Si, ...espera, otro avión¡¡, en la otra torre¡¡
-Hos..
Silencio al otro lado del telefono, mientras mirabamos la televisión.
-Se va a derrumbar-dije.
-Si, las dos, pero antes la segunda, le ha impactado más bajo - me respondió.

Esta, más o menos, fue la conversación telefónica, que mi socio y yo mantuvimos, mientras veíamos boquiabiertos el impacto de los aviones contra las torres del World Trade Center de Nueva York.
Yo, que veinte años atrás, había estado allí arriba, no dejaba de imaginar como lo ví todo desde la azotea y la sensación de inmenso terror que debío de producirse en la gente que había dentro.
Pero como este blog trata de arquitectura (o eso quiero pensar), me centraré en el derrumbe de los edificios, como hecho genérico.
Nos estamos acostumbrando a ver en las noticias, casos de enormes grietas, patologías terribles y desplomes repentinos de edificios que aquí y allá salpican la geografía.
Nada más lejos de la realidad.
Y no me refiero a que los edificios no se caigan, que lo hacen, me refiero a que salvo que la tierra decida moverse en un terremoto, o lentamente en un corrimiento, los edificios solo se caen cuando alguien los toca.
Contabilicemos los edificios que se caen en los que se estaban haciendo "labores de reparación y mantenimiento". Prácticamente en todos.

En el año 1999 hicimos una obra en un edificio de más de doscientos años de la Cava Baja de Madrid. La escalera había ido cediendo con el paso de los años hasta alcanzar unas deformaciones inadmisibles. Al bajar al sótano, descubrimos que el propietario de un bar, que lo utilizaba como almacén había quitado un pilar años antes para poder meter más bebidas. Toda la escalera estaba prácticamente en el aire.
Aún así, no se derrumbo. En construcción, muchas veces los edificios se aguantan con el bigote de una gamba.
Pero mucho cuidado con las obras en las que un señor "que lleva toda la vida haciendo esto" entra armado con una maceta y cortafríos, masticando un palillo centenario. Hay kalashnikov que han hecho menos daño. El mundo está lleno de técnicos deseosos de demostrar sus conocimientos.
Aprovechadlos bien.
Edificio en Kazajstan. Parece ser que si tuvo algún que otro problemilla